El Cerro de San Miguel, en la provincia de Burgos experimenta desde el pasado mes de octubre una profunda reforestación. En total alrededor de 20 hectáreas se están viendo beneficiadas de esta actuación forestal que ahora llega al fin de su primera fase. El objetivo de las reforestaciones es el de garantizar la sostenibilidad del grueso del cinturón verde de la localidad. Los trabajos principales se centran en la tala y recorte de los árboles que se encuentran en un estado irreversible, muchos de ellos tienen más de 50 años por lo que las labores de reforestación eran más que necesarias. Durante el próximo mes de abril dará comienzo la segunda fase del proyecto en la que se continuarán talando y podando las especies de pinos, cipreses y cedros que presenten riesgo de caída.
Además de la tala de los árboles en mal estado, los trabajos forestales presentan una segunda línea de actuación que consiste en la reforestación de unas 14 hectáreas en la zona de Fuente Dorada a la altura del Camino de Santiago con Villalonquéjar. Para llevar a cabo las reforestaciones se requerirá del trabajo de una o varias retroarañas. La retroaraña permite agilizar el ahoyado y acceder a lugares escabrosos, inaccesibles para el resto de máquinas. Esta es sin duda la razón principal que hace que las retroarañas estén siempre muy ligadas a trabajos de índole forestal, ya que además de reforestaciones, las retroarañas también son muy utilizadas para el desbroce de montes o la creación de cortafuegos. Volviendo a este caso concreto, la reforestación de esta zona plantea una gran biodiversidad a la hora de seleccionar las especies arbóreas.
Todas estas actuaciones, y las que tendrán lugar en las próximas fechas, se han llevado a cabo gracias al trabajo de las brigadas forestales, y han contado con el apoyo de las líneas de ayuda a la contratación de la Junta de Castilla y León.