Las reforestaciones en el interior de las ciudades son una de las grandes preocupaciones de los Ayuntamientos de todo el mundo. Sin duda son un indicativo que marca el grado de calidad de vida de sus habitantes. Muchas veces nos dejamos llevar por las mejoras que nos reportan las nuevas tecnologías sin darle la importancia que merece a nuestro entorno natural más cercano. Las reforestaciones urbanas influyen en varios factores determinantes para nuestra salud.
En las grandes ciudades la temperatura y la contaminación acústica es más elevada que en el resto de zonas periféricas, además el aire suele estar contaminado por la polución. No obstante la reforestación del paisaje urbano ayuda a resolver este tipo de problemas. Según estudios demográficos, más de 70% de la población se concentra en ciudades y pueblos de grandes dimensiones, un dato que no hace sino confirmar la importancia de las reforestaciones en el ámbito ubanita. Para poder disfrutar de un bosque dentro de una ciudad hay que estudiar bien el plan de ordenación urbana y cuando las condiciones son favorables una empresa de reforestaciones se sirve de la retroaraña para poder completar el trabajo de manera eficaz. Las retroarañas son máquinas que se adaptan al medio en el que se va a realizar el trabajo, alterando el terreno simplemente lo justo y necesario. De esta manera la retroaraña se convierte en el aliado perfecto de cualquier empresa de reforestaciones.
Pero volviendo a las reforestaciones, los árboles deben convertirse en uno de los mayores activos de las ciudades y como tal necesitan un mantenimiento al igual el resto de mobiliario urbano público.
Las reforestaciones dotan a las ciudades de un carácter natural y ayudan a suavizar paisajes poco agradables. De hecho la arquitectura moderna cada vez contempla más espacios con árboles y vegetación.
Las reforestaciones urbanas combaten el efecto invernadero.
El efecto invernadero se genera cuando el calor procedente del sol entra en la atmosfera y los gases contaminantes no permiten que éste sea expulsado de nuevo al exterior. Debido a los elevados niveles de CO2 este calor no puede ser liberado dando lugar al efecto invernadero. Entre sus consecuencias negativas se encuentra el aumento de la temperatura terrestre hasta niveles límite. No obstante con las reforestaciones se consigue reducir el efecto invernadero ya que los árboles hacen el papel de filtros devolviendo el oxígeno a la atmósfera y capturando el CO2 en sus troncos. Por otra parte se ha estudiado que con las reforestaciones urbanas se consigue más sombra y se reduce la elevada temperatura limitando el uso de aparatos de aire acondicionado hasta en un 30%, algo que también sirve para reducir el consumo de combustibles fósiles utilizados para generar energía eléctrica.
En resumidas cuentas la erradicación del CO2 de la capa atmosférica, el almacenamiento del Carbono en la corteza de los árboles y la consecuente bajada de las temperaturas convierten a la reforestación en el mejor efectivo contra el efecto invernadero.